De la pericia caligráfica a la grafología

Hace unos meses dedicaba mis esfuerzos y atención a un asunto de acoso sexual mediante cartas manuscritas anónimas y ciberacoso (Tuenti, Face, mail, etc). Lejos estaba de imaginarme en qué depararía el asunto pues el acosador, aunque joven, era una pieza de armas tomar, que ejercía su poder utilizando satélites, estrellas y hasta la luna.

2013-04-06 16.13.10 A lo que vamos; lo que se presentaba como un mero caso pericial caligráfico, que conduciría al descubrimiento de la autoría de un escrito, habría de reconducirse y extenderse a un estudio sociolingüístico y grafológico del sujeto. Un sujeto que, por cierto, no escribía de su puño y letra, pero sí de su mente y dictado, pues en el caso de los manuscritos, tenía «negros».

Un caso tan apasionante para una profesional, como angustioso para la víctima, y su familia, sin duda.

Autor: Mónica Bar

Especialista en pericia caligráfica. Lingüísta forense

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