Esperé hasta que disparase el último toque de spray sobre la pared.
Pocas veces tiene una oportunidad de ver a los grafitteros/as en acción.
Quizá por pudor, o por curiosidad evité retratar este momento íntimo, podía volar el artista, además celebraba que la obra decorara un muro feísimo y desangelado.
Todo el proceso fue presenciado por una simpática admiradora; seguramente la novia del graffitero.
Además habla: «I was made for loving you».
E ahí lo tienen «Crista Arts», con el ojo avizor divino en la cúspide.
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