Defensa de la escritura manuscrita II
Aprendí a leer con un libro que se llamaba El ABC de los enanitos. Me lo comprarían mis padres de muy pequeña porque me veo jugando con él antes de entrar en el colegio, con cinco años.
El librito se abría con sus dos tapas de cartón y dentro estaban las letras, recortadas, con un enanito al lado. Me las iban levantando una a una mediante una pestañita y tenía que responder de qué letra se trataba.
Aprender las letras del alfabeto era un juego divertido. Comenzar con siluetas gráficas, hasta introducirse en el juego de las posibilidades que implicaba la escritura.
Nos cuesta recordarlo porque aprendimos – al menos antes era así- a escribir a mano en los primeros 4-6 años de vida; pero la escritura es un proceso muy complejo.
La escritura manual es un trabajo artesanal, puede que de los pocos trabajos artesanales que no hemos abandonado, hasta el momento, en la vida cotidiana.
Incluso en las oficinas bancarias, el poco personal con el que todavía se puede hablar, tiene sobre su mesa las hojitas de notas.
Aún tomamos notas y a medida que la vida nos diversifica, o vamos perdiendo memoria, las notas son nuestro salvavidas.
Aunque tengas un teléfono inteligentísimo, es muy probable que la nota manuscrita sea el asidero más fiable para tú memoria, aunque no lleve alarma incorporada.
En los últimos tiempos la desdichada manuscripción ha sido derrotada por los necesarios utensilios digitales y las pantallas led.
Así que el gesto de acariciar el papel con los gavilanes de la pluma fuente, de borrar los errores cometidos por un lápiz, o de deleitarnos con los tachones de las y los escritores del siglo XIX, pasan a convertirse en tics obsoletos.
Hay algo tan personal e intransferible en la escritura a mano… no me imaginaba que con lo que nos costó elaborar esas «f”, esas “q”, esas “s”, esas “g”, para darnos a entender y relacionarnos con el mundo, desde hace más de 5000 años, se infravalore su potencial.
Veremos en esta serie de artículos y sus enlaces como la ciencia nos va explicando porqué dejar de escribir a mano es un tremendo error.
Manifiesto en defensa de la Escritura Manuscrita – Codoli Continuará…